A todos los que estamos en este mundo de la sublimación, nos ha pasado que en el momento que queremos empezar a sublimar friselina, nos convertimos en MAGOS, ya que colocamos todo bien, bajamos la plancha y al levantar la misma, la bolsa desapareció !!!
¿ Porque ocurrió esto ? mas abajo te lo contamos.
Lo que ocurre es lo siguiente:
La sublimación no es solo el nombre de un arte gráfica, si no que responde a el nombre de un proceso químico, pero para no ponernos técnicos solo mencionaremos que ese proceso químico lo desencadena la temperatura.
La temperatura ideal para que ese proceso ocurra y nuestra tinta se sublime de manera correcta, es de, 180º grados centígrados para arriba, y ahí aparece nuestro primer problema ya que la friselina no soporta esas temperaturas y se derrite.
Entonces el secreto para sublimar friselina, consiste en:
- sublimar la friselina de 80 gramos, ya que las de menor gramaje no soportarán el proceso.
- bajar la temperatura de tu plancha para sublimar, a un nivel en que la friselina no se queme, te recomendamos 140º o 150º dependiendo la marca de tu estampadora, y una vez hecho esto,
- comenzar a hacer pruebas subiendo el tiempo de 10 segundos por prueba, hasta lograr un equilibrio entre el tiempo y la temperatura, que logre el mejor estampado posible. En nuestro caso eso ocurre alrededor de los 90 segundos, pero tienes que probar en tu máquina ya que no todas son iguales.
Si comienzas al revés con una temperatura alta y bajándola, de a 10 segundos por prueba, seguramente en las primeras, se te quemara el material y perderás tiempo limpiando tu plancha.
Como dato tienes que tener en cuenta que al no utilizar la temperatura adecuada o recomendada para que la sublimación se genere de manera correcta, no lograrás los colores óptimos, pero dándote lugar a varias pruebas podrás lograr resultados bastante aceptables.
Puedes consultar por los tamaños disponibles de bolsas de friselina en nuestro local, en el siguiente link.
Emprendé, te acompañamos !